Los productos milagro se venden porque estamos en una sociedad que quiere las cosas rápidas y sin esfuerzo. Los compramos porque prometen un resultado inmediato, un resultado espectacular: una salud perfecta sin privarnos de nada o un cuerpo diez en una semana. Todos sabemos que los milagros no existen, pero a menudo nos dejamos embaucar y nos gastamos dinero en ellos para acabar por abandonarlos en el fondo del armario.
Voy a poner algunos ejemplos, uno es libre de creer o no creer, mi postura queda clara ;)
Parches para eliminar grasas localizadas: Son geniales, eliminan todos los kgs que te sobran en un mes, llevan unas propiedades que "derriten y se comen toda la grasa mientras duermes" justo donde te sobra y no necesitarás volver a hacer ejercicio nunca más ¿Te suena? Siento la decepción, pero ni se puede eliminar grasa localizada ni los parches estos que liberan 765876 principios activos te van a servir para nada. El cuento de la lechera.
Aparatos de magnetoterapia de venta directa al público: Se pueden encontrar múltiples tipos: almohadillas, pulseras, jarras que convierten el agua en magnética... Prometen curar la hipertensión, el estrés, las arrugas y hasta el cáncer o el sida. Algunos aparatos incluso superan los 2.000€. A veces incluyen una recomendación falsa del Ministerio de Sanidad pero carecen de normas de uso y no hablan de efectos secundarios perjudiciales. Si te decides a probarlos ve con cuidado, no vaya a ser que acabes con el mismo dolor crónico de siempre pero con algún calambrazo de más.
Activia, actimel y otros superalimentos: Muy buenos para la salud, pero para la del fabricante. Mucho ha tardado la EFSA ( la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) en sacar un informe que argumenta que los beneficios de estos productos NO están comprobados científicamente. Así que ni "activan tus defensas" ni "vas a arrancar cada día con salud gracias a los L-casei", ni tonterías varias. Puede que te ayuden a protegerte de algunas enfermedades, pero como lo haría cualquier yogurt tradicional, con la diferencia, eso sí, de que estos productos son unas cuatro veces más caros.
Productos milagro contra el dolor: El veneno de serpiente, las pulseras o mantas magnéticas, los collares cuánticos, los amuletos o gemas con propiedades "poderosas", las cremas tipo Super blue stuff, el agua imantada, la lista es interminable. Son productos que basan la sanación en energías y propiedades con fórmulas secretas que tienen su origen en culturas milenarias. Suelen prometer una mejora del dolor crónico en poco tiempo y sin hacer ningún esfuerzo. Más de lo mismo :)
Plataformas vibratorias y aparatos de electroestimulación: Tampoco son lo que prometen, ni adelgazas ni te pones como Arnold Schwarzenegger en 10 días, ¿Una lástima, no? Ayudan si has estado lesionado, no te puedes mover de la cama y si estás en muy baja forma a lo mejor hasta te pillan algunas agujetas, pero vamos que si quieres ver algún cambio en tu cuerpo o mejorar tu marca en 10km o te pones a entrenar o no vas a conseguir absolutamente nada de nada.
PowerBalance: Otro engañabobos que merece un espacio propio porque se vendieron miles de pulseritas. Ofrecía poderes mágicos y lo recomendaban en las farmacias para ancianos, deportistas y hasta para enfermos reumáticos. El mayor tongo de marketing sanitario y pseudocientífico de la década de una empresa que, al final, "sólo" suspendió pagos.
Homeopatía, sanadores, curanderos, brujas Lolas y demás sarta de charlatanes: Éstos se aprovechan de la credulidad de la gente y lo mismo te curan un cáncer echándote las cartas o te dan una pastillita con azúcar para curarte la diabetes. Todo ello, por supuesto, bajo la alineación de los planetas y con la supervisión de un par de espíritus. La última que se me viene a la mente Anne Germain que utilizaba métodos más viejos que Matusalem para depredar las emociones de sus víctimas.
Cremas milagrosas: Las hay de todos tipos, para las arrugas, para las estrías, para el cutis, para las manchas, para la celulitis o para lucir abdominales. Seguro que hay alguna entre 8768796 que funciona, no lo pongo en duda, mientras, nos podemos aplicar las cremas que queramos, seguiremos igual de feos e igual de gordos aunque con un poco menos de pasta en los bolsillos.
Los test de intolerancia alimentaria: En este caí yo hace un par de años. Debido a mis problemas de estómago acudí a una farmacia en la que prometían, mediante un análisis, decirme cuales eran los alimentos que me sentaban bien y cuales era mejor que dejara de consumir. Otro timo del que ya nos dimos cuenta nada más entrar por la tienda. Para más información os dejo este post que escribí cuando me pasó ;)
Pues eso, que ya vale de que nos toquen los cojones y de que jueguen con nuestra credulidad y con la desesperación de la población. Probablemente no sirva de nada lo que escribo, pero me quedo muy a gusto y el derecho al pataleo no me lo quita ni Dios :)
Fuentes:
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